"ANDROPOV"

A veces pasamos por la vida conviviendo con otras personas, vecinos, conocidos y algunos amigos. Y a veces algunos de ellos nos deja y se va a ese otro sitio, donde deseamos que siendo nuestros amigos, ese sitio, sea limpio, cómodo y sinceramente, su estado sea un perpetuo “fiestorro”. Las fiestas que nos dábamos cuando a su casa íbamos, cuando me acuerdo llegábamos y esas doce botellas de vino, bien alineadas, abiertas por lo del oxigeno, sacadas de su bodega y preparadas para el consumo de ese especial día, en los que se convertía, esa visitas, enriquecedoras, de palabras, de miradas de esas conversaciones más que importantes, mucho más que interesantes, para demostrar a la vida que se sabe vivir y el simple hecho de estar aquí, nos hace humanos, sinceros, eternos para el hasta luego, disfrutando de sus ratos, de los cócteles que ya preparados, saboreábamos, siendo el preludio de un momento único, siendo la base de una historia que nuestros personajes alimentan, cada uno con sus cositas, palabritas y sonrisas. Todo ello alrededor de una piscina, donde sea cual fuera y el tiempo que hiciera, en sus profundidades intentaba, meternos, bañarnos y ser todo un consejo de buenas costumbres y mejores deseos. Acompañados por sus versos y sus temibles perros, deambulábamos por aquel terreno donde el bosque era inmenso, con mucho gusto, variedad y de estilo nada brusco. Admirado por su inteligencia, su voz equilibrada y con potencia, sus sorpresas en visitas y cenas, su especial simpatía, dentro de esa seriedad que tenía, dentro de todo lo que escribía. Amigo “ANDROPOV” estarás en la mente y el corazón de tus amigos, conocidos y todos los que te vieron con sentido. “El Gran Besador” te dice hasta luego, amigo mío.