Cuando los escritos dicen del carácter aborigen de una estrella imprescindible que la pasión no se rige por sus actos y orígenes. Que el sentido del pensamiento lo posee sobre la tierra, que piensa en sus amigos, con libertad, la cual mira siempre más allá, dando a la razón el valor que debe tener, dando al amor la importancia que tiene y regalando en las circunstancias, palabras amables con voz suave, con el rostro radiante del agua infalible, como una mariposa que bate sus alas sin mentiras, con la ética pura de un cuerpo pleno, con la pasión que no le niega su flor viajera, sin reservas, amando físicamente, lo agradable de la intensidad particular, sintiendo tan dentro ese amor inmenso, platónico con el miedo inconsciente, suficiente y valiente.
Con su espíritu fiel, de ese ego de bien, en la humanidad ansiada, paseando descalza por las múltiples vías de la vida, encantadora, brillante y tan callada, que arrancar sus palabras es puro arte del amar y abra cadabra.
Kilómetros de amigos, belleza pensativa, la gracia en su sonrisa, electricidad zigzagueante, sin mentiras y hechos titubeantes. Su pelo bien puesto, intenso, encantador y muy acariciable, sus ojos penetrantes y boca siempre deseable, de agua dulce, de modales suaves y movimientos que sientes en el corazón penetrable
Real y amante de la belleza, necesitada de naturaleza, hace de su personal ficción, llenarte de ilusión y la única condición de ser amigo, tener sentido y coger el hilo de sus palabras y miradas, de acuario, o sea agua.
