miércoles, mayo 26, 2010

ROBIN HU !

Y apareció en bosque de verde follaje, con sus medias verdes pegadas al pelaje, con su gorrito marrón de socarrón envidiable y con su pluma a juego de diversos juegos que se traía entre manos el muy humano. Eso decía en plena campaña de pura poesía, impuestos estableceré para que los más ricos paguen el pastel y amigo aún se lo cree y trata de que los que comparten, de este bosque las hojas caídas, las ramas partidas, el color otoñal en sus frutos y sus zulos, en las ruinas ladrilleras sin cocinas y madrigueras en las islas cocodrilescas por ser el paseo hacia ellas un suculento puente entre política y la pandereta. Tildado de inútil, fantasioso, inconsciente y apabullante, cansino y dormido, con flechas o arco fino, con fina puntería para montar autonomías, con zagaz comparación a sus anteriores antecesores, que disputan la pluma antes que pierda el poder, ese cuarto poder de un ser que sin pluma, sin verdes y si marrones, sin sobrero aunque con borrones, caiga por peso pesado, no por plumífero ni tan siquiera gallo, si por flojillo y equivocado. No Robin no estas al loro, de que ya no basta con tus palabras de cambiar de sitio la pasta, nosotros no tenemos más pasta, ni tan siquiera el conformarse basta, habrá inútil huelga, habrá pasta a espuertas, pero lo que no habrá serán más plumas verdes, leotardos pegaditos y tus flechas que no hieren si no matan, a la sociedad, sus currantes y las mamas sin pasta. Espabila Robin que solo queda que nos coloques la venda para no ver más lo que otros nos roban, muchos imploran y algunos cuantos aforan. Cambia de bosque o dedícate a otra cosa Robin, cansino, simpático, pero deja que la vida sea extraordinaria, positiva, enriquecida de olores y colores y que se acabe la política por inútiles mayores, por corruptos y guacamoles, por no tener palabras y llevar a lo nuestro fuera del bosque.

domingo, mayo 23, 2010

EL VALLE DE ARAN

En una primera mirada, el valle su color cambia, las formas, los techos, las construcciones y los viejos sitios. Algo de pena mi corazón me ha entredicho, algo de sus praderas donde aún vuelan bichos, algo que siempre recordaré y me hicistes volver, tu verde más verde, tu sol y tu olor y tus montañas verticales con ansia de recorrer tus postales, con ganas de enseñar tu recorrido, en metros y silos, en subidas y bajadas, de recuerdos mientras tragas, la bocanada de mi aire cuando en el valle pongo un pie y o dos pares. Mi boca se abre, te besa y te hace, mis labios susurran un suspiro ya sin letras, mis manos acarician lo que hace tiempo era brizna, flores y laderillas, mi pensamiento va más allá, de tu postal abundante, de árboles, de animales sonantes y de aire que no falte. Praderas y más praderas, todavia interminables, contigo recorridas, sentidas y más que me intimidas, siento tus caminos listos, para recorrer de nuevo, siento que me llamas al sentido, a la admiración que prodigo y las palabras contigo, siento mi poesía hablada en forma de plantas reclamadas, de caminos naturales y siempre ese particular aire, siento en toda la profunda tierra, como se alzan las mariposas bellas, las alas de abejas melas y el grito de tu bosque, que en azules y negros los troncos sean eternos, en lagrimas de miel, llorabas por su piel, por las piedras y los rios, por las praderas al menos recorridos. No hay sueños contigo, no hay lo que quiero y está perdido. pero si hay realidad de un Valle, si hay amor por este alguien y si hay lo que las nubes me dicen, el aire me susurra y la lluvia que aparece a media tarde me entrelaza. Belleza, pureza, inteligencia por naturaleza y un camino hacia donde mi corazón va, a tu propio valle o a mi Valle de Arán.