domingo, mayo 24, 2009

BARÇA, ANUS DOMINY

Si le respondo es “Más que un club” y no por la política, el sentimiento de un país o la lengua que se intenta, negar, desprestigiar o simplemente no hablar. Es “Más que un club” por que al mirar los colores blaugrana, las emociones convierten a los príncipes en rana y a las princesas se asoman a la ventana, de la viva lágrima, el grito más intenso y el campo más inmenso, sin que te guste el futbol, los ves, miras e incluso les gritas, sin que el deporte llamado rey te diga nada, eres capaz de verlos hasta la madrugada, con miles de jugadas, aunque no entienda nada y emocionarte, querer adueñarte de ese club, de esa bandera y el himno del Barça que cada dia y sobre todos estos hacen muchos más gestos para ganarse la gloria, pasearse por la victoria y sentir que a todos los que desde fuera miramos, somos simples añadidos de lo que este grupo de gente se merece, les apetece y con el triplete acontece, ver al Barça no es una comparça, ni un circo, ni la música más escuchable, pero si es que te emociones y sobre todo te hierva la sangre ¡ BLAUGRANA CLARO!

Un rio en el camino

Absorbido por ese río, que recorre mi camino, cristalino, de sueños paralelos, de imagen suave y cuerpo tocable, de ideas claras, nuevas y apenas decenas, de pensamientos en el amanecer juntos, en los sinceros ruidos que en la noche acompañan, sin que te extrañe, las palabras del bosque, de un árbol concreto y sus hojas cerca de tu cuello, acontecidos por el paisaje redimido de la montaña más hermosa, remota y los besos en su verdadera nota, al salir el sol con el primer ruiseñor que canta para nosotros, de estar en ese poco, de tiempo al instante, de días con jade, de anillos verdaderos en la sombra, en aquel suelo, en la tierra de todos y de algunos pocos, en el cielo que acompaña, bajo tus hermosas palabras, verdadera sintonía, de rimas y poesías, de muy suaves oídos, de muy formados pilares, que rodean todo mi cuadre, mi apariencia de hambre y mi filosofía de Sartre. Sigo recorriendo tu río que es ya el mío, llegando donde nace, llegando donde se pierde las aguas de nuestras caricias, las guías de nuestras primicias y los sueños todos muy reales por ser la noche confundida por el día, de sol enriquecida y de miradas nada tímidas, las tuyas y las mías, recorriendo el río de nuestra vida.