lunes, diciembre 20, 2010

UN CALIDO Y FRESCO "LLAR DE FOC"



Levanté la mirada, muy lentamente como queriendo verte, allí de pie, con cierta prudencia, observando como se reflejaba la ondulación de tu pelo en ese calentito fuego, el del llar de leña, ardiendo y dando color a las sombras, tus curvas confundidas con las llamas inquietas, tus labios en perfil perfecto, brillaban, sentían y atraían, un sinfín de melodías, internas a mis oídos, externas a mi corazoncito, mis ojos acariciaban los movimientos eternos, de tu belleza en aquella hacienda, en aquella futura contienda, que el deseo entiende y el sexo comprende. Al levantar mis brazos y querer llegar a tu lado, dibujastes una sonrisa, de fresca brisa, de amor humano, muy cerca de ese calor que arropaba a los dos, en día frío, a la vez calentito y disfrutando de tu sitio, un suave cariño y unas montañas que acariciaban el blanco, lo helado y las extensiones por todos lados. Compartir una copa que de los dos es nota, musical, sensorial, de amar y hacer notar, que en aquel llar de frutos y calores, avanzaba la noche, entre tu cielo, el perfil de tu cuerpo y los besos, que siendo en las sombras de las llamas, confundían dos personas con las suaves sabanas al comenzar esa mañana, acompañar sin tregua por la ventana, el sol de la nevada, la salsa y el suave beso que intenso, me hace pedir sin remedio, reavivar el fuego, en lento intento de eternizar siempre ese momento.
(Lo bello dos veces bueno.)

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