En una figura amiga, de mi muy particular Buda donde acontece la amistad entre dos personas que se entienden, comprenden y realzan una identidad que enciende, sin la menor duda, las palabras de una imagen, el reflejo de ese Buda que llevamos dentro y exteriorizas cuando alguien especial está contento, compartiendo, sonrisas de cada día, con la gracia fundida entre miradas divinas, ante esas ligeras tonterías que paran el tiempo y el tono alegre lo hace más llevadero, con a veces carcajadas en ese nuestro teléfono, donde más cerca hablan las palabras y comunicas especialmente algo.
Que belleza cuando el corazón comienza a replicar tristeza y en felicidad trasforma el andar de esta forma, en pensamientos hacia tu presencia, en sueños de amigos por compartir un segundo del resurgir en este mundo, que sentimientos tan profundos se manifiestan, en el resto de mi cuerpo, como una gran fiesta que entre cerveza y cerveza, encuentra una amistad inmensa e ilumina esta llena vida, de amor, calor, honor, admiración, compasión, cariño y sonrisas a espuertas.
Acontece que mirando tu hermosa cara aparece el reflejo suave del verdadero Buda que llevo dentro, quizás en la mente aunque muy real, quizás en el corazón aunque tan total!
Acontece la emoción en tiempo y a montón, en amor del más puro e intenso, el color de un pensamiento con respeto, en los acontecimientos que llevo dentro y me hacen sonreír cada vez que te veo, llevarte dentro para todo el resto del compartido tiempo.
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