Deseando y tentado a acariciar con suaves mordiscos aquel conjunto de belleza chocolateada, quizás por ansia viva como dice aquel, quizás por deseo del mismo significado de sus color ordinario, quizás por la impaciencia aunque sin menudencias para un pensamiento libre, para un necesitado del más puro chocolate, del bueno, de calidad de aquel que se mueve en la boquita, con mi lengua loquita, saboreando su música celestial, casi siempre tribial, autenticamente músical, evidentemente sensual y condicional, por el ritmo de mis labios, por ser ella mi galleta preferida, estimada, adorada y concensuada a los tiempos , precios y calidad del comercio, del cual aparentemente se alimenta, la calidad de un chocolate natural, sin ajenos y elaboros tercos, con sentido de lo especial, sentimientos pronatural, del que su olor me hace temblar, mis piernas me llevan a sentar los pensamientos dulces, los intentos multiples y el juego que en nocturnas horas deseo y quiero. A veces acompaño su color con amor, con la vainilla errante, contante y deslumbrante, ese sabor y saber moverse por el escenario particular, hacen del chocolate, un delicioso remate, a la perfecta jornada, de sonrisas y disparates. Uuuummmm mi chocolate........ despues de la canela.
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