RELIGIONES FICTICIAS

Hablando de religiones fingidas, las de toda la vida y para siempre, las que al principio te obligan, las que a mitad se pierden y más tarde sabes que ofenden, la integridad personal, la paridad al hablar y los que siempre quieren tratar de hacerte ver, la sombra de una imagen, con poder de ensamblaje entre chorizos y políticos, por el poder económico, de incrementar el patrimonio, de uno o varios socios, entre alucinados y maltratados, por la mente castigados, por la muerte muy asustados y por la excusa de tener alguien por encima que castiga, que se apiada y si le da la gana hace de la naturalez, su particular arma ciega, para castigar a los que se portan mal, a los que pecan en cualquier rinconteca, a los que por designios del altisimo, no quieren seguir con beneficio, las dictaduras religiosas, las enseñazas de los prodigios, los libros con palabras sin tiovivo, las tablas de multiplicar, las luces con los peces y los conocimientos con las mieses, la descriminación de un valor que individualmente nos hace gente, que con el simple estar de una bondad, capacidad y sociedad, tenemos el problema más que total, que tratando de aglomerarnos como bancos de borregos, peces con pelos y grupos homogeneos, con sombrero o cocotero, de las mil distancias, de las casas anchas y de los cubiculos para guitarra, la vida nos da, atalayas, pulpitos y columpios, y columpiarse es lo habitual, de saber que estamos para lo que estamos y decimos las palabras que consentimos, de nuestro propio racimo, de uvas bien echas aunque pasas a veces, pero de buena tierra donde crece, de buenas intenciones donde parece que: Bienintencionado el que piensa de bueno lo malo, el que llega sin tener donde ir y todo aquel que desarrolla buena voluntad pero sin ser una joya, hace de sus palabras y hechos, lo más sutil y normal, lo que simplemente le apasiona y desarrolla, para pasar esa pelota, que no da la nota pero si posee música y voluntad como el instrumento sin edad, que es necesario para cualquier ser humano, que siempre tiende la mano y quiere encontrar la verdad, de porque estamos y donde vamos, aunque sea muy cercano.