viernes, octubre 24, 2008

UNA MIRADA ETERNA

De una mirada surgió esa vida, que un verano nos llevo en senda divina, hacia el paraíso de lo acontecido, el rumor del amor contigo, de conocerte en cien caminos, andando, hablando y mirando, el mar y sus rocas en la costa, los besos como guiños de pececillos y el aire enriquecido, por el color de tus labios, suaves como el chocolate fino, el color de tus ojos que me causan un sonoro estremecimiento y el entendimiento de ser todo aquel, camino de un solo sentido, el de querer lo que quería, sin pedir, en rebeldía, más larga la noche hacia, cuando en contadas ocasiones, acompañándonos los temblores, rehacían sin temores, los amores y pensadores, acariciantes corazones con pensantes amantes, garantes de una vida, que con cierta profecía, se construye en un momento, el si queriendo, entre dos alrededores de nuestras caritas y pasiones, entre risas y paredes, neveras frías y caricias muy latentes, entre las horas de amar incansables, entre sabanas y edredones, de nuestro bosque particular, de aquel jardín que nos miraba sin decir ni palabra, las palabras que en caricias nos decía y decía, te quiero en este instante, te amo en los constantes, te echo de menos en todos esos sueños que las madrugadas me daban, hasta llegar esa mañana, tu mañana, con lo real de tu cara, la que encontraba, sonriendo, muy cerca de mi cuerpo, casi con tus hermosos labios diciendo, uuummm como te quiero, uuummm como te sueño y me haces pensar es mi vida, con esa mentalidad, me haces que la felicidad, me haga cosquillas hasta en las rodillas, que salga mi sonrisa y la fresca brisa que resulta de tu inmenso cuerpo, me llene del placer sublime que ni tan solo en el cine, tal película alucine, tal dibujo combine y tanto amor sea tan paciente de esperar, la verdad de una mirada, encantada con su autentica parada, de un ratito de cariño, un momento de muchos e intensos besos y el verdadero sentir, de los sentimientos que hacen de todos los parámetros, caídas y subidas de toda una mente viva, despierta por tu mirada y eterna por ser amada, por un corazón intenso en segundos muy densos y en lo que llamo, un sin fin de manos para tu cuerpo.

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