lunes, septiembre 01, 2008

NO ES UNA NEVERA CUALQUIERA

En verdad os digo, que mi nevera, es como una pera limonera, grande, importante y llena de sabores diversos y condimentos añejos. Con estantes transparentes, de huevos inherentes, con curvas salientes y telarañas en los filetes, con frutas fluctuantes, aguacates por instantes y la parte baja, el huerto de la Paca, mezclados los tomates, con los pepinos y el vino, que no existe pero es su sitio, por fresquito e inaudito. No posee capacidad para los cubitos de hielo, eso moderno del zumo de pomelo, las mayonesas gritan por su ausencia, calidad de naturaleza y ninguna receta de vieja, eso si batidos de fresa, con vitaminas a cientos y antioxidantes, en algunos estantes, los menos limpios, por estar escondidillos y no ser vistos, galletas rellenas de chocolate, para poder ir al water, fibras, buen escollo y tampoco nada de repollo, así con eso, lechugas si, apio por supuesto y un cartón de leche, que alguien dejo inerte, pero ahí está, por si de viaje vuelve y el desayuno le resuelve. En los postres hay esmero, tocinillo de cielo lo primero, los conservo en sincero, cuidados, controlados y por careros, aunque soy sincero, estoy probando, cocinarlos de nuevo. Completan el postre, los yogures con soporte, de cereales, nada naturales y con sabores, de todos los colores, en los cajones, a veces melones y un buen trozo de sandia, que en veranito y con calorcito, apetece y bien fría. El congelador, está congelado, por lo tanto ni sé que se ha posado, bocadillos de jamón para el ahorro diario y un sin fin de cosillas, que pueden ser de la bolsilla, de arroz tres delicias, el tomate con mandunguillas y la tarta de mi cumpleaños en fotografía, la guardo de un año para otro, por que pasan volando y no se pone malo, el tartazo y no el bocado, que de año en año le doy, para así conservar, su amistad, su cantida y ahorrar que no estan los tiempos, como para descongelar el sueño, de una tarta, bien puesta, de velas con indiferencia pero siempre suculenta. En fin una nevera dispuesta, a ser llenada, vaciada y siempre acostumbrada, a lo mejor, lo mediocre pero nunca q lo peor y al pasaporte. Comed, comed, benditos por que de ello, ganareis el cielo, antes o después, pero con nevera feliz seré. En verdad os digo, que no hay ningun ruido, en una nevera nueva, sincera y en forma de pera limonera.

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