martes, agosto 12, 2008

ESTAR FATIGADO IN MEMORIAM

A veces es el simple olvido de un buen acontecimiento, advenimiento y estar sediento, es lo que hace que la memoria sea historia de un libro en blanco sin aparato donde depositar la incapacidad de ser el perro fiel de tu pensamiento, de la vida que tira en contra de tu ira, a favor de tu colador que en forma de cerebro das a un cierto infierno con simples pensamientos, ser capaz de memorizar una vida fugaz es intento vano por como acontece en lo humano, establece en el corazón prioritario y sencillamente prevalece los días pasados. Episodios diarios acompañan a nuestro rumbo, de un soñador trotamundo sin viajes alrededor del mundo y si con pequeños vaivenes de simples carteles en los que refleja la ventana de una mirada al exterior, al más allá con calor y al cuadro de un retrato que en acuarelas flojas poco a poco deshoja la flor del amor, del dolor y el olvido a lo lindo y al presumible factor. El tiempo recubre las horas dulces de un pensamiento a lo puzzle que saborea en instantes la clase de gente que encierra mi mente y la transporta a un mundo de tortas, dulces, sabrosas y con sabor a crema de la buena, a chocolate con hojaldre y la serena manivela que con sus vueltas y vueltas sacan del vicio a la más certera de las verdades, amistades y tío vivos en hospitales, el derecho al olvido lo recrea nuestra mente en diez o veinte, segundos de una mente que como extraña aparece en un cuerpo de olvidos precisos y memoria sin fijos. In memoria es historia de largos caminos donde el verde abrigo de una tarde sombría me deje el movimiento de la tela consumida, de los cantos silenciosos y de los árboles hermosos que verdes ellos me dieron un beso sincero y allí me dijeron hasta otra estimable jardinero.

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