REINA POR UN DIA

Que ilusión en la ironía que en ese día fuese Reina del glamour simbiótico entre lo acolito y lo político, con suave despertar y para que no invadiera lo dictatorial, lo pedernal y la vieja guardia de la mil batallas en palabras canallas , actos y pactos . Mentirosos varios, flojitas de cultura, sencillas de cintura y aferradas a las contracturas, pilluelas sin llegar a enfermeras, catalizadoras de un sentido del pitido, el protestativo, el del suave genocidio y la filosofía de un solo indio. La idiosincrasia de una posible democracia que admite la aristocracia de lo barato, lo petardo y lo congratulado, con devociones a sus mandones, con desviaciones a sus cordones, por fallido, contornillo y preciados bajitos, con la mano puesta para la acaricia para cualquier apuesta, con los talones callosos de tanto darle a baile, el contorneo y el esquileo, de una reina en plena fiesta que pierde sus zapatones, sus algodones y todo lo que llega con sentido a la papelera, los valores de la vida de una sola perdida, de un solo remate en el talante y de una sola papeleta que te toca y llenas de cola las casetas, las banquetas y las carpas veraniegas, las terrazas y las debidas mordazas de un solo momento donde el placer es el argumento de unas manos atadas, calumniadas y denegadas, de una responsable fe en los demás y en todos los cortesanos y los paganos, en la tolerante corte de un bien orientado norte, donde nos espera la parida, la tarifa y los contrarios que siempre estarán atentos de ser dignos adversarios, de derrocar a la nueva reina de ases, de paces y de corrales, de silbidos con musicalidad, con canciones de mediocre calidad y de todo lo que lleve a la lucha del más acá en un futuro más allá, Reina por un día fui, sentí y consentí, espero en mi honroso féretro, consientan mi estancia y este despierta para la hora principal de mi cargo responsable, palpable y sociable, de mi reinado acumulado por hechos irrelevantes, cañoneros por delante y sirvientes pendientes de una patata aunque muy caliente, de sobras sobresaliente para una acción latente, consistente y espero que muy valiente. En su lugar descanse, la vitola, el pescante y a la bartola el contrincante, sin tonos amenazantes, en si participantes y con animo delirante, pero siempre adelante.