Borregos y Pitágoras, melancólicos y alcaparras, burbujas rancias al son de los parias, anexos obtusos, matemáticos difusos en busca de un objetivo, profundo, inconcluso y con tiempo al disimulo, lento en diversos tientos de ciegos aparcamientos, serios reconocimientos y entredichos por aburrimiento, con enfermedad de signos, imbecilidad distintos y en complicidad, trasera, rastrera y pendenciera, con el cuerpo hortera de una coctelera, a veces es posible que sincera aunque al no llegar la luna llena, por audaz con antenas, repuestas y contrapuestas, perfectamente amable, en envidiable incertidumbre e imperfectas costumbres, formar grupo, andar de culo y pensar en lo más duro, en las caricias con palabras de un toque con locura eso si sin herraduras. Que días les espera en cuestión sincera, de decisiones, empujones y reclamaciones, en su convencimiento de próximas acciones, en su parada en reflexiones de lo que se dispone con escritos belicones, en cutreces de bailones con música de Bethoven, clásica, audaz y total para llegar a una de las acciones impersonales, totales y nada convencionales , para emprender el columnismo con forma de escrito, reivindicativo y resolutivo, sin poder político, ansiolítico y aburrídico, sin tomar las decisiones unilateral, con pentotal y sin alcoholizar. Traza los caminos con honradez, madurez y algún que otro pardiez, por antiguo, por listillo y por tozudez, llena su vaso al paso por lo que es, debe ser y para él.
Le encontrará el camino a lo divino cuando se harte de vino, los melones no sepan a pepino y el dinero que lo hay sea papel muy fino como para limpiarse con ello las lagrimas y el traserillo por delicadillo y complicadillo, ya lo dicen maldito parné, maldito carné que a todas partes va y a todas partes te lleva y si no vas y si no llevas es por que estas vacío y no te llega, la mente chaval!
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