lunes, junio 23, 2008

MIS PALABRAS CON BUDA PART. 1

Desesperado por la incomprensión que mis acciones y mis palabras causaban a mi mismo y los que me rodeaban, aturdido por las inoperantes acciones en mi vida anterior y queriendo ilusionar mi cuerpo y mi mente con un futuro, llevadero, ilusionero y con el corazón verdadero, lleno de momentos ricos, críticos, comprensibles y fáciles de digerir. En esta tesitura me encontré a Buda, un día cualquiera, con el particular sol que ilumina una tarde a una montaña y su ladera, mi corazón de amor pleno, comprensión tengo y sensación debo. Una tarde en un momento que mi sonrisa se convierte en felicidad de comprender, en sabor de tener, en mejor atender y en por favor ayudar a todo el que ves.
Un instante de iluminar el camino de andar, de sosegar, cantar y vivir la vida con la crítica constante, con los miedos, remordimientos y deseos, atrapados en la oscuridad de la conciencia, batallando con la madre de las ciencias, la paciencia comprendida, aturdida y conseguida, por momentos, por instantes y lo más importante, por ellos y su liberación del cuerpo, la mente y la gente, la vida de presiones, ciclones y mandones, la existencia sencilla del agua y su claridad, del agua y su calma, del agua y su no concepto de la vida, del agua que bebemos y no vemos en singular huida, hacia el vació aceptable, indispensable y sin objetivos, hacia el no yo, no nada y el viaje a Samarcanda, hacia un estado mental con toda humildad, bondad y compasión, la base de la acción, el valor y las palabras, la liberación de los falsos objetivos, los falsos amigos y los incomprensibles motivos de un camino que Buda me marca, yo no lo hago en barca y mi mente siente, su amor, dolor y compasión, reafirmando mis pensamientos, encubriendo mis monumentos y emocionándome con el momento, de la existencia real, de la tolerancia amena, del deseo inútil y del carácter sutil, de ser persona y dejar la ignorancia de una vez por todas, de llegar a cualquiera como la lluvia recorre la piel, agua la miel y limpia las quimeras.
Un primer encuentro con Buda, me hace reflexionar constantemente si tenemos preparada la mente para la abundancia de felicidad, la falta de comprensión y el no aplicar en nuestra vida la compasión, no confundir con lastimación, constante perdón por equivocación y la falta de amor, lo fundamental es comprender el vacío, no de tu bolsillo o el mío, sino de la mente ausente cuando hay gente, de la libertad extrema en toda tu conciencia y de la seguridad, sin vanidad, mediocridad, fijeza y pobreza, de la seguridad de tu acción, reflexión y tomarte el tiempo que haga falta para comprenderte y comprender a los demás, sus preguntas, sus deseos y sus anhelos, su falta de camino, su todo sufrimiento y amor que falta en todo sus momentos, dar amor, recibir vacios, llenar vuestro corazón y seguir muy vivos.

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