miércoles, enero 05, 2011

EN UN HERMOSO DIA DE SEPTIEMBRE



Era septiembre, de algunos anteriores años, en aquella mirada que intercambiamos, por la mañana, bajo aquella tienda de campaña, tu sonrisa la primera, adornando aquel día, con tu joven brisa, tu belleza muy intima y la fresca verdad de un momento de mi vida. Aquella noche hablamos largo rato, nos miramos durante mucho tiempo, las mariposas volaban, se cruzaban y confundían, nuestras palabras, acariciaban, deseaban y envolvían el terminar del día. De aquel momento salieron, escritos inesperados, amigos de muchos momentos, paseos admirados, poemas profundos y enamorados, de cariño y de amigos, de sonidos y acuarios encendidos. De fotos en la ventana, de la luz que ilumina tu cara, de sentarnos en la almohada y compartir con ternura, un momento sublime, de amor y casi locura. Y así el tiempo trascurrido, entre llamadas de madrugadas con voz suave, me regalabas la noche amada, excitada y llena de increíbles palabras. Visitar Granada, descubrir lo que no eran palabras, endulzarnos en besos, en paseos y risas de tiempos, de sueños, siempre bellos. Compartir aquellos momentos, para regalarnos tiempos, que acompañan al tiempo, a los paseos y palabras, que en todas las etapas, hacen un sublime recuerdo, las verdades, las imágenes y los sueños completos. Oírnos, hablarnos, sonreírnos son los hechos que hemos hecho, por sentirlos y quererlos, en todos, todos aquellos momentos.

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