martes, octubre 12, 2010

LA SONRISA DE DIOS




Entre nuestros pensamientos, en el interior de un lamento, los cuerpos, sus pautas, el tiempo extinguido por los falsos pasos, por las pésimas costumbres y los alimentos pesados. En el exterior de nuestros cuerpos, nuestros sueños rotos, nuestras malas costumbres, las inventadas maravillas y la naturaleza casi infinita. Muy dentro de nosotros, en busca de las verdades de esa sonrisa que un niño te regala, que su pensamiento nunca falta a la realidad bien hablada, a las cosas cotidianas, nada superficiales, ni tan solo acalladas. La sonrisa de Dios, la verdad de un perdón, la capacidad de felicidad cuando acontece una brisa, sin prisas, pensando en lo que tienes y lo que acontece en inmediato futuro, sonriendo, felicitando y admirando a quien razona, su voz interna que le dice inmensa, al final de tu cabeza se encuentre entre las penas, la sonrisa más cercana, los tímidos pensamientos de un niño hambriento, por ser justo en invierno y primavera alocada. Preguntas inocentes, respuestas contundentes, sin importarle un diente, los clientes y el color aparente de sus mejillas calientes. Sonríe el cielo, lo rechaza el papeleo y hace vibrar felizmente al apasionado más certero. Los olores, mis manzanas, los calores tus mañanas y nuestros sabores, el futuro y que pasada.

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