domingo, mayo 24, 2009

Un rio en el camino

Absorbido por ese río, que recorre mi camino, cristalino, de sueños paralelos, de imagen suave y cuerpo tocable, de ideas claras, nuevas y apenas decenas, de pensamientos en el amanecer juntos, en los sinceros ruidos que en la noche acompañan, sin que te extrañe, las palabras del bosque, de un árbol concreto y sus hojas cerca de tu cuello, acontecidos por el paisaje redimido de la montaña más hermosa, remota y los besos en su verdadera nota, al salir el sol con el primer ruiseñor que canta para nosotros, de estar en ese poco, de tiempo al instante, de días con jade, de anillos verdaderos en la sombra, en aquel suelo, en la tierra de todos y de algunos pocos, en el cielo que acompaña, bajo tus hermosas palabras, verdadera sintonía, de rimas y poesías, de muy suaves oídos, de muy formados pilares, que rodean todo mi cuadre, mi apariencia de hambre y mi filosofía de Sartre. Sigo recorriendo tu río que es ya el mío, llegando donde nace, llegando donde se pierde las aguas de nuestras caricias, las guías de nuestras primicias y los sueños todos muy reales por ser la noche confundida por el día, de sol enriquecida y de miradas nada tímidas, las tuyas y las mías, recorriendo el río de nuestra vida.

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