En ese instante, coincidí con el arte, la luz subió hasta Marte y el sol que apagado seguia, con sus rayos ya no lucia, sus canciones de temores, en esos rincones donde lo psicológico hace de lo más lógico un embrollo, un mehollo y circo de color oro, donde en tu cabeza repiquean, las campanas con todo tu cuerpo, con las pequeñas caricias que timidas y con pericia afloran, atesoran y hacen de este mundo una persona sola, acompañado de amorde otra, sincerando los pasos muertos, ligeros y hasta luego, es el oro de tu pelo que fiel reflejo de mis sueños, me encaminas, me domina y resiste los envites, del fuego a rayos, pensamientos con tus labios y tus manos, con el cuerpo que si hay Dios te ha dado y me ha entonadodo, la vida misma, la vista mia y el trecho camino, que existe hasta tu propio despiste, sin ser triste pero con la gracia divina de una oruguita que en Mariposa transformada, ya del todo y bellas alas, me hace volar en la ilusión plena, hacia un mar de velas y esa noche donde la luz atrae, los besos, los vuelos y los derroches.
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