martes, septiembre 23, 2008

UN TIEMPO DE COCINILLAS


En una retrospectiva, de una mente muy activa, tambien positiva, donde los tiempos, dulces, llenos y de pantalones vaqueros, sin agujeros, como los modernos, con botas camperas, con tacones y ruideras, con pasos firmes, contoneos lideres y ajustados, a sus poderes más potentes, a sus atracciones por ser machote, por estar bien puestote y ser todo un caballero, eso si de amor siempre sincero. En busca de la verdad relativa, a veces adornada con filosofias antiguas, con pocas manias, por posturitas y agarra cinturitas, por dar amor al primer intento y seguir con viento fresco, ser amigo, amante y tener encima un buen talante, con mirada pendiente y tonteante. Firme y conocido, de presente con camino, de un futuro desconocido, pero nada ambiguo, rodeado de cocinillas, con las bocas sobradillas y los cimientos requemados, de ataques varios y fracasos contados, perdidos en la gloria que en nuestra memoria siguen las victorias, en un tiempo de libreria, de alguna película que no te iba, de intenciones con buenas estimaciones y de pasiones, que todo parecía, color de rosas, fucsias y andalucias, que todo era pasar el tiempo sin esperas, activos por la cara y conceptos de espaldas, con muy buenas catas, mejores cantatas y muy a la vista estaba, las intenciones verdaderas. Sin más los cocinillas se distinguian, por su libre parafina, por la sonrisa vespertina y el destiempo, de un buen tiempo que gris o sempiterno, andaba y andaba, sin más que calabazas, con ganas y algunas alabanzas, de cocinillas extremos donde no manda el miembro, no es muy extenso y escasea lo inmenso, dad y sereis recibidos como buenos hijos de lo expuesto, lo machito y lo que demuestro, la sonrisa, la no prisa y la cocina moderna, para los cocinillas.

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