EL SENDERO DE LOS POSTRES

El sendero de los maravillosos postres, el camino de la incognita, la relación agónica y el amigo con sonrisa pasota, la amistad de tiempos, la honestidad de los amigos y el perfil de un lio que comienza en varias piezas y terminando en sorpresa hacen de su visión un simple mogollón con mucho calor e indiscutible amor. El pensamiento remitido a un solo torbellino de imagenes puras en simples figuras de amores incompletos, con vidas en concreto, con parejas que por si, ellos llenan un mundo entero, con su arte, sus partes y todo su dinero, parejas semiequilibradas, de vidas separas, ante el hacer de los acontecimientos, lo dejan del todo al viento y con mucho sorprendimiento me hacen un motivo nuevo para comer mis postres, sentir derroche y creer en lo total de la casualidad cuando verdaderamente me dice que fueron felices y el amor de primer momento, se hace honesto, con tiempo y crece en forma de monumento a la feliz comedia de un momento sin penas, sin hiedras y con todo los personajes con muy fragiles blindajes, de un sonoro grito convertido en música en vivo que lleva toda la cadena a feliz final, con mucha resposabilidad y un montón de dulces postres para mover el bigote, en cualquier lugar de una ciudad que con sentido de barrio, nos hace corsarios de amores varios y sin tenerlo en cuanta, difunde la amistad, el ánimo de amar y la paciencia sobre las olas del mar.