jueves, agosto 28, 2008

CULTIVAR UNA MACETA

De vaciar lo incierto, en tiempo siniestro, donde las energias perjudican, las voluntades marchitas y los rosales, perfumados y muy visitados, son abrumados por los jardines del cielo. Iniciando el jardin privado, de las plantas con perfil claro, con diversidad, variada y en primavera, floreada, de perfumes de instinto, de enajenados colores, donde los temores, caducan y dan la murga, al paso de la única razón, de estar en la condición, de señor, jardinero al por mayor, de jardinero menor, del reino de las raices consternadas, de las hojas costipadas y de la contaminación del agua, pensada, pasada y un poco achocolatada. Compuesto de tierra, seca hierba y velocidad pepleja, de crecimiento rapido, con tolerante desparpajo, de evidente plenitud, de poder hacia la luz, de antemano y sobrehumano, con las dos manos, remueves todo el saco, de la esperanza venidera, que el cultivo no altera, que la capacidad, de desmayar, sanear y comunicar, no son enteras, que el motivo sincero, de acercarte a ello, es la vida, sentir, de un verde sutil, donde los reflejos rojos, de un fruto goloso, hace del dia, un refrescante dilema, un sensación nueva y una forma de cultivar, que no da pena.

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