EL AGUACATE UN INGREDIENTE ESPECIAL

Trozos pequeños de su personalidad suave y con cierta gracia de grasa, con los inconfundibles defectos kafkaianos y búdicos, de maoísmo lleno pero no muy bueno, verdadero, sincero y con afecto, nada clero, de sistemas anárquicos y pensamientos eróticos, de maneras de hablar mandando, haciendo callar andando y por allí me van dando. Asume palabras con taladro, intentando asumir el gusto, sabor y color nuevo de una compacta ensalada que abarata su futuro a un solo boludo, concienzudo y obtuso, lleno de vinagre en la sangre, aceite de linaje, lechugas verde guiadas y sal pimienta rebrotada, se salva el tomate que es más razonable, demostrable y algo picante. Aguacate de verde caduco, de peluco y de la vieja guardia, de años currando, en los campos varios, de lucha suave ante tamaña catástrofe.
Desmantelado el aguacatero, un solitario aguacate se queda solo y hete aquí el reciclaje con rebaje, vara taje y sin pedigrinaje. El aguacate se retira poco a poco, de una salida de locos, cocos y come bolos, de tan notable confusión no sale nadie sin un revolcón, el peleón, el disolvón y fumigón, Aguacate humillado, engañado y constatado, en una ensalada no quiere mandar, tan solo quiere ayudar, a su sabor, color y labor, a llegar lejos, sin pellejos y teniendo en común el trabajo, la lucha y la luz, transparencia para todos sin bodegolos mentirosos, escarniosos y muy sosos. Ensalada nueva, aguacate, aceite olivesco y si puedo me voy lejos, para seguir leyendo y mi blog escribiendo, sin contiendo.