jueves, junio 11, 2009

HIJOS EL AMOR

Amar es un regalo de la vida, un regalo que ella me entregó; o para los que no crean en la vida, un regalo femenino que me permite vivir, una bandeja de plata abrillantada por ti. Yo creo que lo heredé, se vino conmigo aquel día . Suprema herencia del Sol, la mía al nacer, heredando el amor desde su amanecer. Me dieron la esencia del caminante, el agua que necesitaría para no ahogarme tragando a boca abierta lo primero que se pusiera delante, por culpa de la sed o el hambre. Principio o fin de todas mis llagas sangrantes, que secan o abren, cicatrizan o emanan más y más sangre. Enamorarse no es querer, ni amar, ni alcanzar los labios deseados; amar es una virtud, un don acalorado que hay que refrescar: como aquel día de abril, de aquella noche, donde sin reproches la vida nos dio clamores, partiendo de un unico par…de amantes. Quiero dar vida, crear a alguien semejante, no dejando que mi alma muera, estéril y errante. Es una lucha, es difícil apartar del enjambre la miel sin sufrir picaduras y penas: sin dar un paso adelante. Pasos que restan, que minan la ilusión de dar un fruto a la vida, de entregar a la creación, antes de morir, algo cremoso y dulce: como miel al enjambre. No es una obsesión, ni egoísmo, ni una plegaría para sentirme lleno y gozoso. No es moneda de felicidad, ni letra de cambio, ni sexo, ni abrazo de borracho palabrante: es algo supremo, es poder sentir la inmensa creación sobre la senda de mi yo caminante. Sólo me falta que abras tu camino y aceptes la corona del reino de los amantes; pisando con firmeza ese suelo que parece por momentos abrirse y resquebrajarse. Del resto me encargo yo, ya que soy el heredero de un amor siempre sincero, abundante y eterno, escalofriante y con cuerpo, sublime y con felicidad muy dentro.
By Peter

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