lunes, agosto 25, 2008

LOS FRUTALES EN EL HUERTO

Estando en el huerto de los frutales tiesos, los azucares diversos y las tierras bajas, mojadas y marrones, de tantos humedos ciclones que pasarón por alli, de tantas aguas torrenciales que en los imnumerables frutales rozaban, escaldaban y maltratban, de tanta fruta maltrecha que codiciaban en las carreteras, de los famélicos vientos, que secaban el intento, de disimular lo dulce, lo acro y lo vario, lo colorido de un sorbido y las cerezas tiesa, de color violeta y llenas muy llenas, de viejas huellas, retocas las cerezas, embarradas las pendejas y salvadas, de la quinta esencia, olorea la naturaleza, con fresas, melocotones y manzanas tiernas, el membrillo, no he visto nada tan florido, para escaso cepillo, para poco frutillo y en verano donde los arboles parecen humanos y el invierno puliendo, se unen hermanos. Naturaleza variante, colgante y suplicante, naturaleza muy terrestre, con surcos, torreznos y picantes, la naturaleza del subsuelo, donde vuela el pequeño mochuelo, la perdiz rapidilla y el conejo, que hasta el más viejo, roe las hortzlizas que a la sombra germinan, en la olla cocinan y al fin se condomina, para crear el ambiente, que entre tolerante y creciente, recrea el consciente, de la tierra, ardiente, sonriente y crujiente, frutales con ese color, de ornamentales, de sabores sensacionales y da gusto, sestear en sus smbras a raudales. Permitir su crecimiento, es un buen momento, de evitar el calentamiento, ya sea del pimiento como del mundo en movimiento.

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