lunes, junio 16, 2008

DEL DESEO : I PART

Es gracioso, en el fondo y caluroso, semiprecioso y muy presuntuoso, el objeto del deseo inamovible, sempiterno y en Palermo, el desear cualquier cosa teniendo a tu alcance todo o nada dependiendo de tus ganas, tus profundas ideas y tu reputación al día, es muy triste, si existe la tristeza que uno sienta belleza, vea colores miles y olores eternos, tiernos y contentos, es penoso poseer la verdad, la mediocridad y bondad, para desear la mentira reprimida, la ostentación sin pudor, el aparentar grandeza siendo pereza, sin cabeza y falsa modestia, es verdad si existe tal, que el dinero paga las deudas, materiales, convencionales y matriarcales, que el mismo objeto metálico da la felicidad, siempre relativa, perdona la obviedad, siempre no permisiva, cataloga al personal, estando con la crítica y sienta al más audaz, en cualquier silla, es maravilloso pensar que una simple palabra mordaz, te hace feliz de verdad, te sienta en tu sofá de la vida y llena tu tiempo de ansias consabidas, es desear y amar, sensaciones igualitarias, objeto de ideas plantearias, reflexionarias y carentes de cantos y arias en la más sencilla de las contestatarias. Es el deseo objeto de manipulación a libre albedrío, en la mente de un crió, conectado al sombrío juego de lo artificial, fugaz y poco futuraz, el deseo sexual, adolescente, impertinente y un tanto asómbrense, la libidinez de la idiotez, asombrada por la plaga, de la falacia dominguera, torticera y poco familiera, no es el deseo un trueque de objetos, sensaciones de medio metro en determinados cerebros, no el simple deseo, de vivir de lo honesto, sencillo y nada siniestro para objetar en la vida, de nuestro derecho a la fatiga, castiga y llena la ortiga de picores varios, no es deseable un buen colocable, natural y sin cables, verde o naranja, en bote o en caja, la cual casi nunca encaja en la vida escasa de un insecto sin alas. No es preferible un deseo sostenible, consistente y perdurable, eterno y duradero, variado y sincero, sin dineros y monederos, contante y sonante que te llene sin dependes la cabeza, el oído y los ojos de testigo, que sea arrollador, nada simplón y con todo el calor que reclame nuestro corazón. El deseo de desear lo autentico y lo de verdad.

No hay comentarios: