lunes, julio 28, 2008

LA IGNORANCIA RELATIVA

Es de inteligentes ser intransigente con los rumores de la gente? Es de capullos saber de todo un poco y cantar hasta hacer saltar de su silla a todo un coco? Es prioritario ser deficitario para confiar al mundo nuestra vida, nuestro ego y nuestro traje nuevo?. Es normal, es total y es colosal, definir la calidad de una educación cultural, sensitiva y apelativa, también cara en su trasfondo, cara en el cuerpo y en el tiempo, carisima y durísima en la complejísima tarea de llegar a poseerla, con toda dureza, con la rabia de un paria al que nada se le antoja, al que en su pensamiento que está dependiendo de un solo viento, de saxofones, condiciones y motivaciones, para tocar el saxo con divino sexo, para apañar la existencia con diabólico eco, para cabalgar en sentido aparente donde el extraño ser de un prodigo hijo en forma de cobijo, hace que lloren sus orejas de escuchar tantas cantinelas, hace rechazar la sociedad que de cultura está escasa, de enseñanzas y añoranzas está perpleja y sobra la pitanza. Ignoro por principios si el culto al olvido es ignorancia plena o tan solo olvido de lo impuesto, me deshago en halagos por ser sorprendido por un solo bolígrafo que relativamente me hace escribir, me hace revivir lo que está en mi mente, me hacer convivir lo que en toda mi gente, quiere ser demente, ir de frente y ser como Vicente, bueno, ágil y ciervo, de sus acciones, pasiones y contusiones, para leer un libro ser como un niño y dedicar a todos un paseíllo, el del fin de sus lecturas, el del terminar de sus canciones y el seguir con sus acciones que en la cultura no tiene premura por ser valiente, consciente y muy pasante. Aunque antiguamente, se era buena gente, caliente y elegante, en la cultura, en la costura y los conocimientos varios que en la verdadera ignorancia nos pararon y dieron un vuelco a nuestro cuenco, libros y codillos, a nuestra forma de leer , de aprender y convencer. Pero si es inteligente ser persona, amar a las personas y confiar en tu mente aunque a veces se vaya a otra parte y nos deje en cualquier sitio de nombre desconocido y con la cara de tonto que se les queda a los botijos por no decir a los pijos, en sus escondrijos papa riquísimos y mundos distintos, ignorarlos es cosa de inteligentes, buena gente y no saber si existe el tal Vicente.

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